Hola gente
Con lo que queda de mí tras esta última semana os intentaré explicar brevemente como fue nuestra peripecia por estos lares (entenderéis que es una versión censurada debido a una cuestión de accesibilidad al blog, yo no tengo ningún problema, pero como no sé si alguno de los 11 lo tendrá prefiero curarme en salud).
El martes por la noche llegó Manu, al cual le cobraron 25€ de multa debido a que le pillaron usando el boli deleble que le pedí, Alonso ya había llegado un ratín antes a por el router que Manu no había traído. Tomamos algo por el pueblo y se lo estuvimos enseñando un poco. Al rato subimos a Liefdeweg (mi casa) a dar buena cuenta del jamón, del chorizo y del Ballantines que Manu amablemente había traído de Pucela. La cosa se alargó poco ya que al día siguiente teníamos que madrugar.
El miércoles por la mañana partimos los cuatro (Sergio, Manu, Alonso y un servidor) hacia Holanda, Alonso nos dejó en Amberes y luego le pillamos en Utrecht. Nuestro primer destino fue Delft, una ciudad holandesa llena de canales (vale, como todas) realmente bonita, subimos a la torre de la iglesia y luego nos dimos una vuelta.
Después nos fuimos s Haarlem, ¿Por qué fuimos? Porque a alguno le habían dicho que era bonito o algo así, pues al final resulta que no era bonita. Dimos una vuelta, vimos un molino, mucho granizo y gracias. Un tanto decepcionados, aunque nos echamos unas buenas risas, fuimos hacia Utrecht, en donde teníamos alojamiento reservado.
El albergue de Utrecht era bastante curioso, toda la comida era gratis, había gente de todos los lados, para dormir era el típico barracón. Esa noche nos echamos un mus con sus correspondientes cervezas en la cocina del albergue.
A la mañana siguiente dimos una vuelta por Utrecht, tenía alguna cosa, pero en general tampoco había mucho que ver allí. A mediodía salimos para Amsterdam, una vez allí fuimos para el albergue, el cual estaba bastante bien. A las 17 habíamos quedado en el Dam con gente de mi resi que estaba allí, fuimos a tomar algo y las 19 se piraron para Kortrijk. Dimos los tres (Alonso se piró desde Utrecht) otra vuelta por el barrio rojo, luego fuimos al albergue y a las 23:30 nos acercamos a buscarles a la estación.
Dejaron las cosas y estuvimos bebiendo Heineken los 12 en el albergue hasta que nos echaron, momento en el cual nos fuimos a seguir bebiendo a una torre de bordillos. Como podéis imaginar nos hemos reído un barbaridad estos días, entre el show continuo de Abel, la invención de palabras, los bordillos, los aviones perdidos, etc, etc, etc. Cuando volvimos a la habita una señora mala nos echó la bronca por hablar, y eso que nosotros estábamos hablando muy bajo, o eso pensábamos. A la mañana siguiente la tía esta abrió todas las ventanas y se puso a hablar alto, con lo que consiguió que esa misma noche no tuviésemos tanto cuidado a la hora de volver al albergue.
El viernes fue un día... Cómo decirlo... Divertido, variado, largo... Por la mañana fuimos a ver el museo de la ciudad, estaba bastante bien. Manu y yo teníamos intención de acercarnos luego al Van Gogh, pero como estos se iban a un coffee dijimos que nos tomábamos una y luego íbamos al Van Gogh... A las 4 horas más o menos salimos del coffee... Dimos una vuelta por Amsterdam para despejarnos y seguimos de coffees hasta las 3 de la mañana. Como os he dicho el viernes fue un día desfasado, bastante desfasado.
El sábado, ya sí, Manu y yo nos acercamos al Van Gogh (menudo hachazo, 10€) y a las 15 salimos para Amberes. La jugada del tren fue entrar, comer como 12 jabalíes enfurecidos y dormir del tirón hasta que llegamos. En Amberes nos vino a buscar Alonso y nos llevo al albergue, tras haber dado unas 28 vueltas inútiles a la ciudad. En este albergue sólo había sitio para 8, por lo que Trini, Diego, Turu y Pedrillo se fueron a dormir a la resi de Alonso. Fuimos todos para allí a beber algo y al final nos liamos un poco más de la cuenta, con dos bajas incluidas (pregunten, pregunten). Cuando volvimos al centro, Alonso nos iba a llevar de bares a Oski, Abel, Flo y a mí. Tras 30 minutos de vueltas inútiles (otra vez) llegamos a un bar al que nos tocó entrar de estrangis por la puerta de atrás. A las 7 de la mañana Abel, Oski y yo nos tomamos la penúltima en un bar de al lado del albergue.
Domingo, la resaca acumulada empieza a hacer mella, hasta el punto de que hubo uno que estuvo el día entero potando (pregunten, ya saben). Visitamos Gante (preciosa ciudad, muy recomendable) y a las 19 nos fuimos hacia Brujas, en donde teníamos albergue. Una vez más teníamos reserva para 8 personas solamente, pero esta vez sí que dormimos los 12 en la misma habita. Gran botellón en la habita, tozudo incluido, y luego cierre de todos los bares de Brujas, dejando el listón bien alto.
El lunes por la mañana los jeroles eran demoledores, entre todos no llegábamos a juntar para un par de ojos abiertos del todo... Estos se pillaron el tren para Bruselas y yo me quedé a medio camino. Pese a todos los augurios de avión perdido supongo que lo cogerían... Que alguno de los 11 rellene aquí lo que pasó hasta la vuelta a Pucela.
Bufff, menuda chapa, bueno, creo que más o menos os he contado cómo fue la historia, para risas y situaciones más concretas ya tenéis a estos.
Hasta otra señoras y señores
(hoy no hay foto ya que yendo con el Manunsino creí que era mejor no llevar la cámara)